

Complemento nutricional que potencia los sistemas defensivos del organismo.
La leche de yegua recuerda a la de la vaca en su color, pero no en su consistencia, ya que es mucho más diluida. De todas las leches animales, es la que más se parece a la leche humana, pero con la salvedad de ser muy pobre en lípidos, hasta tal punto que no se puede obtener mantequilla de ella.
Desde la antigüedad se consume la leche de yegua como alimento natural, apreciada por sus cualidades dietéticas y sus efectos biológicos por sus virtudes dinamizadoras y revitalizadoras. De todas las leches animales, la leche de yegua es la más parecida a la leche humana, tanto por su composición cualitativa como cuantitativa hecho que justifica su alto valor nutritivo.
La leche de yegua es rica en nutrientes esenciales como por ejemplo ácidos grasos de cadenas medias y largas polinsaturadas, vitaminas A, B y C (seis veces más vitamina C que en la leche de vaca).
También forma parte de su composición glúcidos esenciales como oligosacáridos y componentes inmunológicamente activos con función antimicrobiana. Asimismo es una fuente muy rica de lactosa y de albúmina.
Finalmente aporta aminoácidos como la Prolina, la Glutamina y la Serina. Hay que volver a destacar que es una leche de gran digestibilidad, dado su alto contenido en albumina y su pobre índice en lípidos.
Composición por cápsula:
Modo de empleo:
Tomar 3 cápsulas al día.